lunes, 18 de noviembre de 2013

LA ASIGNATURA MÁS IMPORTANTE: LA FILOSOFÍA



"LA ASIGNATURA MÁS IMPORTANTE". Brillante artículo de JUAN MAYORGA, Premio Nacional de Literatura Dramática 2013, publicado en "EL PAÍS semanal" el pasado 27 de Octubre.




"No se me ocurre que pudiera ofrecerse en nuestros colegios e institutos una asignatura más útil que aquella que ayudase a los chavales a pensar cómo usamos las palabras y cómo somos usados por ellas. Una asignatura que les diese a conocer la historia de unas cuantas palabras importantes –Verdad, Razón, Ciencia, Belleza, Justicia, Bien, Mal, Dios, Libertad, Progreso, Democracia, Nación, Historia…– y los diversos intereses a que han servido a lo largo de los tiempos. Una asignatura, sí, donde meditar sobre la relación entre la palabra Tiempo y todas las demás palabras. Una asignatura en que examinar cómo esas palabras se abrazan o se enfrentan, cómo esconden o se esconden, cómo devoran otras o son engullidas por otras. Una asignatura donde preguntarse qué tienen que ver el lenguaje, el dinero y la guerra. Una asignatura en que indagar quiénes y por qué eligen las palabras con las que pensamos, las palabras en las que vivimos. Esa asignatura tendría entre sus primeros asuntos el significado del verbo ‘educar’. Se ofrecería en cada curso y en las mejores horas de cada curso, porque ninguna exigiría tanto de profesores y alumnos. Y al acabar el bachillerato, todos tendríamos que seguir estudiándola, porque nunca se nos aprobaría. A una asignatura así, la más urgente, podríamos dar el nombre de aquella otra que el Ministerio de Educación ha decido arrojar al trastero de cachivaches inútiles. Podríamos llamarla Filosofía".

martes, 15 de octubre de 2013

PLATÓN: "MITO DE LA CAVERNA"

Sobre la biografía y la filosofía de Platón:
Acerca del "MITO DE LA CAVERNA":


lunes, 7 de octubre de 2013

"EL DÍA QUE ACABÓ LA CRISIS" (CONCHA CABALLERO)

Un buen día del año 2014 nos despertaremos y nos anunciarán que la crisis ha terminado. Correrán ríos de tinta escritos con nuestros dolores, celebrarán el fin de la pesadilla, nos harán creer que ha pasado el peligro aunque nos advertirán de que todavía hay síntomas de debilidad y que hay que ser muy prudentes para evitar recaídas. Conseguirán que respiremos aliviados, que celebremos el acontecimiento, que depongamos la actitud crítica contra los poderes y nos prometerán que, poco a poco, volverá la tranquilidad a nuestras vidas.
 Un buen día del año 2014, la crisis habrá terminado oficialmente y se nos quedará cara de bobos agradecidos, nos reprocharán nuestra desconfianza, darán por buenas las políticas de ajuste y volverán a dar cuerda al carrusel de la economía. Por supuesto, la crisis ecológica, la crisis del reparto desigual, la crisis de la imposibilidad de crecimiento infinito permanecerá intacta pero esa amenaza nunca ha sido publicada ni difundida y los que de verdad dominan el mundo habrán puesto punto final a esta crisis estafa —mitad realidad, mitad ficción—, cuyo origen es difícil de descifrar pero cuyos objetivos han sido claros y contundentes: hacernos retroceder 30 años en derechos y en salarios.
 Un buen día del año 2014, cuando los salarios se hayan abaratado hasta límites tercermundistas; cuando el trabajo sea tan barato que deje de ser el factor determinante del producto; cuando hayan arrodillado a todas las profesiones para que sus saberes quepan en una nómina escuálida; cuando hayan amaestrado a la juventud en el arte de trabajar casi gratis; cuando dispongan de una reserva de millones de personas paradas dispuestas a ser polivalentes, desplazables y amoldables con tal de huir del infierno de la desesperación, entonces la crisis habrá terminado. Un buen día del año 2014, cuando los alumnos se hacinen en las aulas y se haya conseguido expulsar del sistema educativo a un 30% de los estudiantes sin dejar rastro visible de la hazaña; cuando la salud se compre y no se ofrezca; cuando nuestro estado de salud se parezca al de nuestra cuenta bancaria; cuando nos cobren por cada servicio, por cada derecho, por cada prestación; cuando las pensiones sean tardías y rácanas, cuando nos convenzan de que necesitamos seguros privados para garantizar nuestras vidas, entonces se habrá acabado la crisis.
 Un buen día del año 2014, cuando hayan conseguido una nivelación a la baja de toda la estructura social y todos —excepto la cúpula puesta cuidadosamente a salvo en cada sector—, pisemos los charcos de la escasez o sintamos el aliento del miedo en nuestra espalda; cuando nos hayamos cansado de confrontarnos unos con otros y se hayan roto todos los puentes de la solidaridad, entonces nos anunciarán que la crisis ha terminado.
 Nunca en tan poco tiempo se habrá conseguido tanto. Tan solo cinco años le han bastado para reducir a cenizas derechos que tardaron siglos en conquistarse y extenderse. Una devastación tan brutal del paisaje social solo se había conseguido en Europa a través de la guerra. Aunque, bien pensado, también en este caso ha sido el enemigo el que ha dictado las normas, la duración de los combates, la estrategia a seguir y las condiciones del armisticio.
 Por eso, no solo me preocupa cuándo saldremos de la crisis, sino cómo saldremos de ella. Su gran triunfo será no sólo hacernos más pobres y desiguales, sino también más cobardes y resignados ya que sin estos últimos ingredientes el terreno que tan fácilmente han ganado entraría nuevamente en disputa. 
 De momento han dado marcha atrás al reloj de la historia y le han ganado 30 años a sus intereses. Ahora quedan los últimos retoques al nuevo marco social: un poco más de privatizaciones por aquí, un poco menos de gasto público por allá y voilà: su obra estará concluida. Cuando el calendario marque cualquier día del año 2014, pero nuestras vidas hayan retrocedido hasta finales de los años setenta, decretarán el fin de la crisis y escucharemos por la radio las últimas condiciones de nuestra rendición.

 (ARTÍCULO PUBLICADO EN EL DIARIO "EL PAÍS" EL DÍA 18/01/2013 POR CONCHA CABALLERO)

miércoles, 26 de junio de 2013

PENSAR EL AGUA

("PENSAR EL AGUA" es un artículo que he escrito para la revista escolar "Crisol", con motivo de la declaración de 2013  por parte de la UNESCO como el "Año Internacional de la cooperación en la esfera del agua").

 PENSAR  EL  AGUA.

El agua no sabe que es. Sin embargo, todo cuanto consigue lo hace por lo que es, no por lo que desearía ser. No sabe de luchas, esfuerzos, sacrificios, voluntades, bondades o maldades. El agua no solo no sabe porque es insípida, sino que tampoco sabe porque entre sus múltiples cualidades no está el conocer. Nada, por tanto, en apariencia, semejante al ser humano.

Sin embargo, sí podemos encontrar algunos paralelismos entre ambos, ya que tanto agua como ser humano se expanden colonizando uno y otro confín de esta nuestra Tierra. Planeta este del que tres cuartas partes de su superficie son agua y en el que en sus márgenes habita una débil caña, pero caña pensante, por parafrasear a Pascal, que no solo necesita del agua para su vida diaria, sino que movido por su curiosidad e instinto de supervivencia no para de acercarse a ella desde múltiples áreas del saber: la biología pretende conocer su importancia para los procesos vitales; la química desentrañar sus elementos más fundamentales y sus posibles combinaciones; la física conocer sus propiedades en el conjunto de los fluidos; la poesía llega a verla como ríos que van a parar a la mar; cierta filosofía antigua la considera el origen de todo cuanto existe; las matemáticas están obsesionadas con cuantificarla; cierta tecnología investiga su potencial energético y el modo de controlarla; la geografía se centra en conocer su localización; las lenguas la denominan con diferentes sonidos… el elenco de saberes sobre el agua es extenso, como extenso es el deseo del ser humano de someter la naturaleza y, por ende, el agua, a su voluntad depredadora. Es por ello que recientemente ha aparecido una disciplina que, aunque joven, destaca entre los grandes saberes de nuestro tiempo. Se trata de la ética ecológica.

La ética ecológica pretende, a grandes rasgos, conocer las consecuencias de las relaciones que se establecen entre los seres humanos y el medio ambiente, intentando prevenir el deterioro medioambiental fruto del gran poder que ha adquirido el ser humano en la transformación de la naturaleza con el desarrollo tecnológico y el consiguiente deterioro en la calidad de vida del propio ser humano debido a la contaminación, agotamiento de recursos naturales, etcétera. Entre sus múltiples temas de investigación ocupa un lugar central el agua, debido a las consecuencias para la vida en general y, en particular, para la humana de su explotación descontrolada, la lluvia ácida, el cambio climático, la destrucción de hábitats, la desertificación, los vertidos de contaminantes, etcétera.

  La situación es tan preocupante que o se toma en serio la humanidad las propuestas de la ética ecológica o su futuro está en entredicho. Sirva como muestra el ejemplo del Ártico, que nos evoca una estampa idílica, un paraíso de hielo, el aire acondicionado natural del planeta, pero lo cierto es que en los treinta últimos años ha perdido gran parte de su capa de hielo. No caben la indiferencia apática, abúlica y hedonista o el simplismo egoísta mercantilista. O reaccionamos o nuestra calidad de vida y, especialmente, la de las generaciones futuras peligran seriamente.

JUAN RAMÓN TIRADO ROZÚA es profesor de Filosofía.

jueves, 13 de junio de 2013

VIVIMOS CON LA FILOSOFÍA

VÍDEO QUE PRETENDE CONCIENCIAR SOBRE EL VALOR DE LA FILOSOFÍA PARA EL SER HUMANO EN UN MOMENTO EN QUE SE PRETENDE DESALOJARLA DEL SISTEMA EDUCATIVO ESPAÑOL DEBIDO A LA OLEADA DE NEOLIBERALISMO MERCANTILISTA QUE NOS GOBIERNA.

miércoles, 13 de marzo de 2013

¿QUIÉN TEME A LA FILOSOFÍA?


FILOSOFÍA, SIN DUDA. 

Ciudadano, llega a tu sistema educativo un revolucionario producto que eliminará cualquier germen de conocimiento económicamente estéril: LOMCE®, una divertidísima reforma educativa que te ahorrará la siempre engorrosa tarea de pensar. Diseñada por los mismos benefactores de la civilización que dieron vida a otros artefactos filantrópicos como “¡Genere seis toneladas de basura con tan sólo apretar un botón!”, “¡Coma todo lo que pueda por sólo un euro!” o “¡Mutílese, compre, calle y vote!” ¿Cansado del absurdo laicismo de las sociedades democráticas? ¿Harto de promover la tolerancia? ¿Aburrido de fomentar entre la juventud habilidades de pensamiento crítico que lastrarán su rápida inserción en un mercado laboral cada vez más competitivo? No lo pienses más ¡LOMCE® tiene la solución! Este revolucionario producto elimina las tediosas clases de Educación Ético-cívica de 4º de la ESO que hacían perder el tiempo a nuestros jóvenes comprendiendo los obsoletos valores democráticos sobre los que se apoyaba nuestra sociedad. ¿Te agota el imperativo categórico? ¿Temes que tus hijos inviertan en ideas y no en Bolsa? ¡LOMCE® tiene la solución! Con su refrescante sustitución de la Historia de la Filosofía por clases de Economía de Empresa en Bachillerato la moralidad no volverá a ser un problema para los jóvenes ni su futuro una preocupación. 

¡No te dejes engañar por los partidarios de la educación! Ellos dirán que educar en ideas es formar individuos libres. Y tendrán razón. Ellos dirán que la calidad de una democracia depende de la calidad de los argumentos de sus ciudadanos. Y tendrán razón. Ellos dirán que el pasado no se puede desahuciar. Y tendrán razón. Ellos dirán que no vale más quien compite a cualquier precio. Y tendrán razón. Ellos dirán que la prosperidad económica no puede ser la excusa para convertir las escuelas en vertederos. Y tendrán razón. Ellos dirán que el futuro no se puede hipotecar.Y tendrán razón. Ellos dirán que con el sistema educativo no se puede mercadear. Y volverán a tener razón. 

Pero ¿qué es todo eso comparado con la felicidad del consumidor satisfecho, con la eficiencia del productor a destajo, con el éxito del especulador sin escrúpulos, con la tranquilidad del votante gregario, con la autocomplacencia de quien no sabe nada, no  recuerda nada y no piensa en nada? 

No lo dudes más: compra LOMCE®. Si dudas, pierdes. 

(Fuente: Alumnos de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Salamanca).

martes, 5 de febrero de 2013

¿ ACASO NACEMOS DEMÓCRATAS?

(Mis reflexiones ante la situación actual publicadas en la revista "CAPOTE": http://revistacapote.com/acaso-nacemos-democratas/  )


Con una ciudadanía caracterizada por un hartazgo cada vez mayor ante tanto cinismo, ineficacia, ineptitud, prepotencia, incoherencia, falsedad, manipulación, ocultación, irresponsabilidad y degradación de los cimientos morales y políticos de nuestra sociedad que ponen de manifiesto las noticias de actualidad política que nos inundan, pero, por paradójico que parezca, no estando exenta de pasividad, apatía y desinterés esta misma ciudadanía, es momento de preguntarse sobre la democracia misma y su génesis.

¿Nacemos o nos hacemos demócratas? Esta es la cuestión. Si admitimos que se trata de una cuestión puramente genética, carece de sentido educar en valores y procedimientos cívico-democráticos. Pero si, por el contrario, consideramos que no es así, sino que la democracia es una entre las posibles formas de organizar la convivencia humana –la menos mala, que dijera W. Churchill-, entonces habremos de concluir que es imposible lograr una madurez democrática sin recurrir a la educación, única vía complementaria a la genética con que contamos los seres humanos. Sorprende, entonces, cómo puede el Ministerio de Educación proponer una ley de “mejora de la educación” prescindiendo de la educación para la democracia -ya sea en las actuales asignaturas de “Educación para la Ciudadanía” (3º ESO), “Educación Ético-Cívica” (4º ESO) o en la línea temática ético-política de la “Historia de la Filosofía” (2º Bachillerato)-.

Si no nacemos demócratas, ni es posible la democracia sin demócratas, podemos preguntarnos: ¿Qué intereses puede haber detrás de que las jóvenes generaciones ignoren el sentido profundo de cuestiones tan básicas como que el primer artículo de nuestra Constitución define a España como “un Estado social y democrático de Derecho”? ¿Qué fin se pretende con que los escolares ignoren que entre las principales amenazas para la democracia encontramos la demagogia o uso interesado de la mentira; la información tendenciosa; la corrupción institucional; el anteponer el interés privado al público; una justicia que renuncia a la imparcialidad; etcétera? ¿Qué propósitos puede haber detrás de la negación a las generaciones futuras a conocer sus derechos y obligaciones, así como sus fundamentos? ¿Qué objetivos puede haber detrás de no formar para que se conozcan opciones ideológicas distintas a las que los medios de comunicación difunden como si un “pensamiento único” fuese la única opción posible? ¿Qué miedos ocultos puede haber para negarse a aceptar que solo una ciudadanía formada puede informarse críticamente y ejercitar su libertad? ¿Qué se pretende esconder al ocultar que con la existencia de listas electorales cerradas y bloqueadas y la ley electoral D´Hondt, por citar solo dos ejemplos, se fomenta la partidocracia y una oligarquía con dos cabezas visibles que se alternan en el poder? ¿Qué intereses puede haber en promover una ciudadanía pasiva, apática, desencantada y desinteresada del ejercicio de sus derechos y deberes políticos? ¿Qué fin se pretende al forjar una ciudadanía que careciendo de ideas claras sobre los asuntos públicos limite su participación a un no sabe/no contesta? ¿Qué intereses puede haber para que estos u otros contenidos semejantes dejen de estudiarse en las aulas o, en el mejor de los casos, algunos de ellos, simplificados, se ofrezcan como una alternativa al adoctrinamiento religioso, como si las personas que opten por el aprendizaje de la fe pudiesen prescindir del conocimiento de los valores y procedimientos cívico-democráticos como si estos fuesen una mera moral para ateos?

Juan Ramón Tirado Rozúa es profesor de Filosofía.

DAVID HUME



Podemos encontrar numerosos vestigios en la actualidad del pensamiento humeano. Por citar algunos destacados, recordar que en el ámbito del conocimiento establece dos modos: de relaciones de ideas y de hechos, que nos recuerdan a la clasificación aceptada actualmente que distingue entre ciencias formales y empíricas. También su obsesión por la experiencia está muy presente en buena parte de lo que se considera conocimiento cotidiano. La mayoría de la población tiende a formarse una opinión sobre las cosas a partir de sus propias experiencias, generalizándolas al modo que nos proponía el método inductivo. La ciencia, en cambio, suele optar más por el experimento en laboratorio en condiciones ideales.
Su negativa a aceptar que podamos llegar a conocer verdades absolutas, que deriva en un resignado escepticismo, también encuentra un notable eco en una sociedad como la nuestra que en que predomina la apuesta por lo inmediato, superficial, concreto, material y efímero. Este resignado escepticismo deriva, cuando se trata de conocer la posibilidad la existencia de Dios en un resignado agnosticismo. Actitud que también se va extendiendo lentamente cada vez más en los países occidentales. Pero tampoco faltan quienes quieren poner freno a esto. Así, por ejemplo, encontramos medidas como las anunciadas por el Ministerio de Educación de dar más protagonismo en los centros escolares y más horario a la Religión.
Con respecto a su emotivismo ético, podemos destacar que fruto del racionalismo filosófico derivado en cientifismo frío y calculador, junto al puritanismo religioso, nuestra tradición cultural ha olvidado con frecuencia los sentimientos, pero hoy en día se están rescatando. Por citar solo tres ejemplos:
La telebasura, aunque de un modo trivializado y superficial, recurre continuamente a ellos para aumentar la audiencia. Se impone el poder de las emociones sobre el de los argumentos.
En un ámbito más académico, la catedrática de Ética española Victoria Camps ha llevado a cabo un estudio de las emociones en su obra “El gobierno de las emociones” (2012), para descubrirnos que los afectos no son contrarios a la racionalidad, sino que, por el contrario, sólo desde ellos se explica la motivación para actuar racionalmente. Considera que sólo un conocimiento que armonice razón y sentimiento incita a asumir responsabilidades morales.
En el ámbito de la psicología, ya es casi un clásico la obra de D. Goleman, “Inteligencia emocional” (1995). De centrarse tradicionalmente la inteligencia en los aspectos cognitivos, se pasa a considerar a la inteligencia emocional como la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. Goleman estima que la inteligencia emocional se puede organizar en torno a cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, lograr la capacidad para motivarse a uno mismo y de gestionar las relaciones emocionales con los demás con éxito.
Su utilitarismo también encuentra un notable eco en una sociedad obsesionada por valorar aquello que sea práctico y útil.

viernes, 25 de enero de 2013

LOS MECANISMOS DE DEFENSA, SEGÚN S. FREUD


  Los mecanismos de defensa son mecanismos inconscientes que se encargan de minimizar las consecuencias de un acontecimiento demasiado intenso, para que el individuo pueda seguir funcionando normalmente.
 ÒEl psiquismo humano cuenta con distintos mecanismos de defensa que entran en funcionamiento para mantener el equilibrio del organismo y garantizar su ajuste y adaptación al medio. Sin embargo, en ocasiones, la exageración de estos mecanismos da lugar a graves trastornos psicológicos.
ALGUNOS DE LOS MÁS IMPORTANTES SON:

Sublimación:
Ante la imposibilidad de satisfacer una necesidad instintiva directamente, el impulso se canaliza hacia una forma más aceptable. Una pulsión sexual se sublima hacia una finalidad no sexual, apuntando a objetos valorados socialmente, como la actividad artística, la investigación intelectual o el deporte. Por ejemplo, el deseo de alguien por la exhibición puede sublimarse mediante una carrera en el teatro.
Represión:
Es el mecanismo por el cual el inconsciente borra eventos y pensamientos que serían dolorosos si se mantuvieran en el nivel consciente. Por ejemplo, el olvido del cumpleaños de un familiar fallecido.
Proyección:
Alguien atribuye a otra persona impulsos, tendencias o deseos propios, pero no reconocidos,  percibiéndolos como propios del otro. (“Me odia”, cuando soy yo quien odia).
Negación:
Es el mecanismo por el cual el sujeto trata aspectos evidentes de la realidad como si no existieran. Bastante patológico.
Regresión:
Ante una situación que el sujeto no puede resolver, retrocede a una etapa evolutiva anterior, en la que no tenía que enfrentarse a esa situación conflictiva. Por ejemplo, el comportamiento de los niños cuando nace un hermano (chuparse el dedo, orinarse, etc.).
Formación-reactiva:     
Actúa de forma contraria a como lo haría instintivamente. Consiste en exagerar actitudes o rasgos del carácter opuestos a los que se pretende negar. (Ej.: la persona homófoba que pretende no manifestar su homosexualidad).
 Desplazamiento:
Consiste en desviar la energía que produce un afecto o una emoción de un objeto
considerado peligroso o inaceptable a otro que no lo es tanto. (Las frustraciones con el jefe se pagan con la pareja o hijos, por ejemplo).
Fantasía:
Consiste en realizar y lograr de forma imaginaria aquello que difícilmente se podría lograr en la realidad. Típico de adolescentes.
Racionalización:
Se sustituye una razón real que no es aceptable, por otra que resulte aceptable, para evitar
conflictos, ansiedad o sentimientos de culpa. (Mejor haber suspendido, así…).


martes, 1 de enero de 2013

EL RECORTE MÁS BRUTAL DE LA DEMOCRACIA A LA FILOSOFÍA


La opción de la filosofía.

(Artículo del profesor Juan Ramón Tirado Rozúa publicado en el "Diario SUR" de Málaga el 31/12/2012, en la página 31)

Aunque los focos mediáticos centran su atención en el catalán y el mayor protagonismo del adoctrinamiento religioso en las aulas, haciéndonos creer que se reducen a esto las novedades de la nueva ley educativa de “mejora de la calidad”, LOMCE, lo cierto es que el borrador contiene novedades de gran calado, que no deberían silenciarse: tres reválidas; se favorece más a la educación concertada; se dotará con más recursos a los centros con mejores resultados desconsiderando las carencias que pueda tener el alumnado de determinadas zonas menos favorecidas; la dirección de los centros, dotada de mayor poder, no se elegirá por los Consejos Escolares sino por la Administración; la gratuidad de la Educación Infantil y del Bachillerato puede peligrar; la casi desaparición de las asignaturas de perfil filosófico en la formación del alumnado, etc.
 
Centrándonos ahora en esta última cuestión, conviene destacar que el segundo borrador de la LOMCE, a diferencia del primero, -lo que pone de manifiesto un alto grado de improvisación en un tema tan serio como es la educación-, reduce notablemente la presencia de las asignaturas de perfil filosófico (de las cuatro asignaturas obligatorias actualmente en diferentes cursos académicos de la ESO y el Bachillerato únicamente queda como asignatura troncal la Filosofía en primero de Bachillerato). La Historia de la Filosofía, actualmente asignatura común o troncal en segundo de Bachillerato, queda relegada a una optativa de un largo listado que podrá ofertarse según decidan las comunidades autónomas y, en un segundo filtro, los propios centros educativos.

Quienes nos interesamos por una educación integral, ya sea como padres, alumnos o profesores, asistimos con perplejidad a lo que de un modo falaz se nos ha presentado como “mejora de la calidad de la educación”, como se autoproclama con tanto bombo esta ley. Un ejemplo notorio lo tenemos en la nula atención a la Historia de la Filosofía.

 El Sr. Ministro Wert, parece haber olvidado que nuestra tradición cultural admite desde hace siglos que la Filosofía –donde tiene un gran protagonismo su historia-, es probablemente la materia que de forma más natural se acomoda a la voluntad de promover y desarrollar integralmente la personalidad humana. Incluso parece haber olvidado que el espíritu libre, autónomo, racionalizador, crítico y creativo consagrado también por los principios teóricos de la LOMCE, queda mutilado en la práctica al no asignar dotación horaria troncal a la disciplina que mejor promueve tal espíritu. También parece no prestar atención a la Comisión Nacional de Humanidades que, en su momento, recomendó que se potencie la presencia de la filosofía en el Bachillerato. Desatiende, igualmente, las recomendaciones de la UNESCO en su informe, “La filosofía, una escuela de libertad”, donde atribuye a la filosofía un papel educativo fundamental, que debe formar parte del currículum básico de todo el alumnado. También parece ignorar nuestro ministro, tan preocupado por los pobres resultados en pruebas internacionales, como el informe PISA, que los países que mejores resultados obtienen en este tipo de pruebas (Finlandia, Canadá, Nueva Zelanda y Japón), coinciden con los que mayor importancia dan a la formación filosófica.

Podemos concluir, por tanto, que la LOMCE, por paradójico que pueda parecer con esa denominación tan autocomplaciente y tergiversadora, disminuye la calidad del sistema educativo español. Justo en un momento como este, que estamos tan necesitados de ideas, de buenas ideas… el Sr. Wert quiere recortar el pensamiento. Y recortar el pensamiento significa recortar la capacidad de comprensión, razonamiento, comunicación, creatividad, libertad, juicio crítico, formación integral, maduración personal, etc.

 
                                                                       Juan Ramón Tirado Rozúa.